sábado, 28 de junio de 2014

La Foto Completa

Si hay algo a lo que estamos todos acostumbrados es a las fotos de perros que se ofrecen en adopción.
Las hay de todos los tamaños. Las hay borrosas y casi profesionales. Graciosas y muy tristes. Sencillas y elaboradas. Los mensajes que las acompañan son también variopintos. Generalmente son todos "urgentes" y el pedido de difusión es acuciante.

En la mayoría de los casos, las protectoras a cargo hablan con orgullo de la recuperación y de la hermosura en que se ha convertido. Y solo miran hacia adelante, hacia el soñado hogar definitivo.

Esta podría decirse que es una bonita foto de una perra más bonita aún. Es Esperanza, una grandota cruza con galgo que fué rescatada literalmente de la muerte y que ahora toma sol en su tránsito. Fotos como ésta ya he visto miles, y personalmente he sacado unos cientos.

Pero no es la foto completa. Es como un jardín sin la flor.

Dejame contarte la historia de Esperanza para que entiendas mi punto. Esperanza fue encontrada en el Parque de Descanso de Guaymallén arrastrando la mitad de su cuerpo. Aún así, cuando un guardia del lugar se le acercó, intentó huir desesperada, aterrorizada, a la rastra. Huir del maltrato a como diera lugar. El miedo de Esperanza era feroz. Tal vez mayor que sus deseos de vivir.

Romina junto a Cecilia y Marisa la llevaron de urgencia al vete. Allí se confirmaron las sospechas, su parásisis era producto de uno o varios golpes asestados cruelmente sobre este inocente animal. La médula estaba afectada. Para peor de males, la medicación le produjo una úlcera y ya no se le podría seguir administrando. Callejón sin salida para Esperanza. Momento para pensar en la eutanasia.


El problema es que Romina no entiende. Es terca y no entiende. Y Romina dice que cuando Esperanza la miró, le dijo que quería seguir viviendo. Entonces no dió más vueltas. Y le dijo no a la eutanasia. Y asi empezó de verdad esta historia de lucha. Una lucha de dos seres contra la muerte, un ser lleno de miedo y otro ser lleno de esperanza.

Empezó a darse de cruces contra obstáculos insalvables. Romina empezó a perder. Perdió a un compañero, perdió su ingreso a la Universidad, perdió dinero, perdió tranquilidad. Pero ya te dije lo terca que es esta joven mujer. Nada la movió ni un centímetro de su posición. Como que se hubiera quedado congelada mientras se miraban con la perrita y ésta le decía que no quería morir. Como que el Cosmos se movía alrededor de estos dos seres que parecían inmovilizados en tiempo y espacio. Como que ni eso las perturbaba en esta extraña relación que surge cuando un animal y una persona se comunican.

Me cuenta Romina que un día  llegó a casa sobrepasada por la desesperación. Con los brazos ya, casi caídos. Nada, ni una señal que le indicara que iba por el buen camino, que su decisión había sido la correcta. Me cuenta que llegó llorando a su casa. Y alli estaba Esperanza, quietita. Me cuenta Romina que de un instante a otro, la perrita empezó a mover su cola y lentamente...se incorporó. Como suspendida de un lazo mágico que le permitía pararse a pesar de su médula atrofiada. Y de inmediato, se desplomó sobre su manta.

¿ Cuál pensás que fue la interpretación de nuestra Romina ? ¡Que Esperanza le había vuelto a hablar!

En poco tiempo, Esperanza volvió a caminar. Su recuperación se hizo cada vez más tangible. Su destino de vivir había sido sellado por una muchacha terca que no entiende. Y hoy es una perrita totalmente normal, que está en su tránsito hasta ser adoptada.

Hace poco Romina fué a sacarle más fotos a la cruza con galgo. Y Esperanza escapó suavemente de su caricia, dejándose tocar solamente por los dueños de casa. Hace poco se le rompió el corazón a esta protectora.

La indignación se apoderó de ella y mezclada con un dolor puro casi absoluto, concluyó que Esperanza fue maltratada aún más de lo que se imaginó, que la historia de esta flaca debió haber sido infinitamente peor a lo pensado. Y tiene razón. Los perritos maltratados tienen otros tiempos, otros mecanismos, otras maneras para lograr confiar nuevamente en personas que no estén en contínuo contacto con ellos. Lo he visto.

Yo trato de consolarla a Romina como puedo. Pero es una mujer muy terca y no te cree cuando le decís que está equivocando el foco, que su misión ha sido tan grande, que la ha cumplido, que ha luchado contra la muerte en persona. Y que ha triunfado. Que Esperanza no la ha olvidado sino que está intentando ser normal como cualquier perruco sano y cuidado de este mundo.

A pesar del dolor, Romina sigue determinada en conseguirle un hogar. A mi me ha contagiado esa ilusión. Y ambas sabemos que eso no ocurre ni de la noche a la mañana, ni como por arte de magia. Que hay que trabajar en ello. Y que más temprano que tarde, ocurre. Llega el hogar que la estaba esperando sin saberlo.

Mientras tanto, yo tomo la foto que Romina editó, y la publico COMPLETA.

Mirala. No es la foto de un ser tomando solcito en el patio. En la foto hay dos seres. Aunque el Cosmos se mueve alrededor de ellos,  están inmovilizados en tiempo y espacio. Son dos seres que lucharon contra la muerte.

Un ser lleno de miedo y otro ser lleno de esperanza.





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