martes, 10 de septiembre de 2013

Dos Gotas de Agua

"Iguales como dos gotas de agua"...no existe frase más equivocada. No existe en el Cosmos nada igual, ni siquiera las gotas de agua. Todo y todos, somos diferentes. No es una verdad tan difícil de aceptar, es la realidad y contra ella nada se puede.

Lo que es difícil de aceptar es esta verdad cuando se trata de cosas cotidianas. Muchos tienen tendencia a reducir el Cosmos y enarbolan sus ideas, acciones y omisiones como las únicas válidas. De aquí es que nace la intolerancia que viene luego a parir a su hija dilecta: la falta de respeto.

El mundo de los protectores de animales no se salva de este axioma. Es algo que, lamentablemente, vemos todos los días. Y es triste porque cuando todos estamos frente al mismo objetivo, lo único que se consigue es entorpecer el logro. 

Los intolerantes lanzan a cuatro vientos sus verdades absolutas, se bañan en perfección y experiencia, y salen a dar cátedra a los demás como si tuvieran el derecho y la capacidad para hacerlo. A veces con discursos "pedagógicos", a veces con agresión pura y dura.

Como ocurre en tantos rubros de esta vida, en nuestro caso no hay una "Universidad de Proteccionismo". Nadie te expide un diploma o te da un doctorado. No hay reglas escritas y aceptadas universalmente sobre cómo se debe ser proteccionista. La experiencia es la gran maestra. El tiempo acompaña a la experiencia siempre. Pero ni siquiera ser el más viejo de los proteccionistas te garantiza la verdad absoluta sobre cómo se resuelve cada caso en particular.

Entonces, cuando leo las agresiones, las faltas de respeto, las directivas sabiondas; me apenan más los intolerantes que sus víctimas. Porque siento que han perdido la capacidad de aceptar la diversidad, y el hecho que cada uno de nosotros va haciendo su camino paso a paso.

En algo más de un año, he visto de todo. He visto personas experimentadas de quienes se esperaría el consejo paciente y solidario, agredir de la misma manera que personas que recién empiezan en el tema, y ya se saben todo lo referido al proteccionismo.

Veo como alguien que está tratando de llevar adelante un rescate precioso, se desmoraliza ante las críticas vacías de aportes o se engancha por un simple acto defensivo en las diatribas desagradables que se desatan de tanto en tanto. Entonces allí arriba queda la foto del perrito. Solitaria, olvidada, ninguneada. El mensaje se perdió en la intolerancia de los sabiondos.

Debo aceptar que a veces algunos comentarios te sacan de quicio. Debo aceptar que dejaría de lado toda mi paciencia para escribir en letras mayúsculas todo lo que me hacen sentir esas intervenciones estúpidas que no aportan absolutamente nada. Me pasó hace pocos días cuando alguien escribía que no se podía pedir ayuda para un perrito si no se tenía personería jurídica. Que eso era mendigar.

Yo no soy ni moralista, ni puritana, ni experta en proteccionismo. Lo que soy es un poco mas vieja que la mayoría de las protectoras y creo que eso viene con una visión distinta de los acontecimientos. Ya mi época de soberbia caducó cuando me dí tantas veces la cabeza contra una pared construída por mí misma. Todos pasamos por eso tarde o temprano.

Pero es que en este caso, es tan sencillo lograrlo...

Si las que más saben del tema, pusieran en valor su paciencia y solidaridad frente a las novatas, y explicaran con cariño y buena onda, de qué manera hacer "mejor" tal o cual procedimiento ( no "hacer" sino "hacer mejor")... Si las que recién empiezan escucharan atentamente esos consejos, abrieran sus cabezas, prestaran atención, y agradecieran el aporte...Si las que no tienen nada que aportar, se callaran un poquito la boca antes de hacer críticas pavas que no ayudan en absolutamente nada y se pusieran las pilas para ver en qué se puede ayudar en concreto...Si en lugar de analizar el "cómo" se hace ésto o aquéllo, todos los concentráramos en la foto del perrito y le diéramos para adelante para resolverle la vida...Después de todo ÉSE es precisamente el objetivo en común que tenemos...

Si todas aceptáramos que lo que nos diferencia no es malo, sino que es simplemente éso, formas distintas de llegar a la misma meta...Si aunque no estuviéramos de acuerdo, respetáramos con hidalguía el camino del otro...

¿No se facilitarían las cosas?

La cosa mas inteligente que he hecho en mi vida , ha sido lanzarme a la pileta de la diversidad. Eso me ha llenado de satisfacciones, me hace sentir segura en cuanto a mis decisiones y opiniones, y me llena la vida de personas tan diferentes entre sí que me enriquecen la mente y el espíritu constantemente, y además me enseñan  cosas nuevas.

La rigidez frente a los demás, tiene muchas desventajas. Te frustrás cuando los otros no actúan u opinan como vos. Te ofendés cuando a pesar de conocer tu forma de pensar reaccionan de una manera diferente. Te sentís traicionado. Y si tu rigidez no cede, cada día se sentís más solo, porque en realidad las personas se están alejando de vos, aunque tu orgullo no lo quiera aceptar. No estás siendo inteligente, es mucho más fácil convivir con la diversidad.

La rigidez confunde mucho a las personas, porque hay tantas verdades como personas rígidas. Entonces uno se pregunta: ¿ Y cuál será la verdad-verdad, entonces? Si nadie se mueve de sus trece, los demás quedamos tratando de adivinar quién de todos los que la tienen tan clara, la tienen realmente clara. Y comprendemos que ninguno.

Harina de otro costal son las diferencias personales entre diversas protectoras. No me refiero a eso aquí. Eso son, justamente temas individuales en los que nadie tiene derecho a intervenir. Temas que sólo se resuelven entre los involucrados. Aunque estaría re bueno que no lo ventilen debajo de una foto de un perrito que pide ayuda.

Yo soy una persona afortunada. Entré a este mundo de la mano de dos maravillosas protectoras, Angie y Vanina,  que me pusieron en autos desde el primer día y que están disponibles siempre que tengo alguna duda producto de mi inexperiencia. Conocí muchas más personas, todas encantadoras. He recibido de todas aportes más que valiosos que me han ofrecido con total generosidad. Nunca nadie me ha dicho cómo debo actuar o cómo debo pensar.

Difundo y difundo sin parar, como que ésa es mi misión en este contexto. Caso que leo, o pedido que me hacen, trato de esparcirlo lo más que se pueda para que llegue a las personas que pueden acercar ayuda para la solución. No elijo. Simplemente difundo lo que puedo. Yo respeto y como el respeto sólo adquiere entidad si es recíproco, recibo siempre respeto.

Esto no se trata de resolver grandes conflictos, o de modificar totalmente nuestra forma de actuar. Se trata de algo mucho mas simple. Como lo dice otra expresión, que sí es verdadera:

"Lo cortés no quita lo valiente"





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