domingo, 2 de junio de 2013

La Vida Secreta de Mora

Cuando adoptás un perrito es como que pensás que su vida empieza justo en ese momento. Como si no tuviera pasado. Cuando contactás con la realidad de los abandonados y rescatados recién empezás a tener noción de que hay un bagaje detrás, pero te enfocás en rehabilitarlo y darle una buena vida y volvés a colocarlo en el presente. Porque de alguna manera algo te lleva a pensar que hacia atrás, no hay nada bueno.

Mónica y Sergio adoptaron a Mora cuando llegaron a su canil y comprendieron que en realidad ella los había encontrado. No hubo opción. Era "ella". Y dejando atrás su pasado de dolor por la pérdida de Gizmo, revolucionaron sus vidas ( literalmente) y la llevaron a su hogar.

Empezaba la vida para Mora...

Desde los primeros momentos, ambos notaron que esta perrita era fuera de lo común. No esa sensación que tenemos todos los perruqueros cuando estamos convencidos que los nuestros son siempre especiales. No. Esta era una sensación concreta y objetiva. Mora era diferente.

Extremadamente educada, tenía también hábitos de buen hogar. Se subía a la cama de sus dueños sin complejo a pesar de ser toda una dama, y pegaba su cuerpo a Sergio como si toda la vida hubiera dormido así. No jugaba, no conocía ni un juguete, no reaccionaba a la pelota. No le llamaban la atención otros perros, no registraba a los niños. Calma y atenta. Pendiente. Extraña pero fuente de una dulzura inmensa.

Mora solo hacía sus necesidades fuera de casa. Prefería caminar por el asfalto en lugar del pasto, comía de la mano muy pero muy suavemente y viajaba en auto sentadita como una persona, sin inmutarse. Su inteligencia se rebeló ahí nomas cuando notaron lo rápido que aprendía. Lo único que se sabía de ella era que la encontraron deambulando muy al sur de Miami, en un lugar desolado, cerca de un zoológico y de ahí había llegado al refugio.

Nos llenaba de intriga...pero en realidad nos enfocamos en la tristeza infinita que tenía cuando la adoptaron y en cómo su vida cambiaría de ese momento en adelante. Pensamos que habría sido la perra de algún anciano que falleció y ello la obligó a convertirse en una callejera mas.

Fué en una tarde de paseo por el parque, que Mónica notó como una mujer las observaba con mucha atención. Al poco tiempo, se acercó muy interesada por Mora.

Fué ella quien develó el gran secreto. Experta en entrenamiento de perros de servicio, había identificado a Mora como perra para ciegos. Y no podía comprender que animal tan valioso hubiese terminado en el canil de un refugio de callejeros. Mora era una labradora pura.

¡ Cómo adquirió sentido esa forma tan extraña de caminar de esta negra preciosa !. Pegadita a su dueña, rozándole la pierna en todo momento. Pendiente de su alrededor, relajada, experta. ¡Cómo todo tuvo sentido...!

Pero...¿ Y si Mora tenía dueño? ¿Y si la estaban buscando? Empezó entonces una frenética actividad por internet por parte de Mónica. Con la responsabilidad en una mano y el amor por Mora en la otra, con el corazón dividido, con toda clase de sentimientos encontrados luchando entre si...Mónica buscó pacientemente. Hasta la fecha Morita no ha sido reclamada en ningún ámbito disponible. La negra misteriosa se queda en casa!.

Unas semanas después, al salir juntas de casa, Mora pareció reconocer a una nueva vecina . Con ansiedad manifiesta, raro en ella, tiró y tiró de la correa obligando a Mónica a avanzar rápidamente. Al llegar a la muchacha se lanzó a sus brazos moviendo su cola llena de excitación. ¡Lucy!, exclamó la mujer. Y al confirmar que Mora era la Lucy del refugio se emocionó hasta las lágrimas. Era la voluntaria que día a día la sacaba a pasear en las épocas del canil.

Qué vida secreta la tuya, Morita...qué recuerdos imborrables anidan en tu cabecita de dama seria y responsable. De dama agradecida.

Pero esta tía argentina, tiene algo para decirte. Ahora vas a tener que aprender más cosas aún. Vas a aprender a ser una perrita que no trabaja, una que juegue como todos los perritos, una que se revuelque en el pasto de felicidad, una que se cobije en un abrazo cuando hay tormenta. Todo esto me lo ha contado un pajarito de Miami y yo te lo digo ahora.

Ya no más cuidar a los humanos, ahora a dejarse cuidar por ellos. Ahora a tironear de la correa sin que eso signifique un riesgo en tu misión, a tironear fuerte para ir a donde vos quieras ir. Que Mónica y Sergio te van a seguir sin quejarse. Siempre. A convertirte en una consentida, que sólo recibe atención y caricias. A aprender cosas placenteras, solo placenteras para vos. A recibir premios siempre. A que nadie de por hecho que has nacido para tener obligaciones, que todos sepan que has renacido para tener bendiciones.

Ahora Morita...¡Ahora a aprender a jugar a la pelota!





No hay comentarios:

Publicar un comentario